Medios de Comunicación y Cultura de Masas

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Por: Manuel Antonio Conde

Twitter: @maconder

Si partimos de la base que los Medios de Comunicación han estado presentes siempre en todas las sociedades de una forma u otra, y que con la llegada de la democracia en la mayoría de las ocasiones han sido los vehículos que la ciudadanía ha tenido para expresar públicamente los abusos del poder, es decir, los Medios de Comunicación, han sido el instrumento de castigo que la ciudadanía ha tenido para expresar su malestar con sus gobernantes, el altavoz donde la ciudadanía ha podido expresarse libremente para denunciar abusos o aplaudir buenas prácticas. Pero lógicamente una herramienta tan poderosa como pueden ser los Medios de Comunicación, también puede ser usada para otros usos.

En los procesos por lo que muchos estados han pasado a lo largo de este último siglo, con Estados autoritarios y dictatoriales, el poder ha podido comprobar y poner en práctica como los Medios de Comunicación son también una herramienta idónea de control social.

En sociedades más avanzadas como la nuestra, los Medios de Comunicación han ido concentrándose, dando lugar a unos pocos grandes Medios de Comunicación, que buscan más hacer crecer su cuenta de resultados que la de informar a la ciudadanía. De este detalle de la cuenta de resultados, no solo están pendientes los propios Medios de Comunicación, sino también determinados sectores de la sociedad que buscan unos determinados fines, y encuentran en los Medios de Comunicación y gran aliado por una pequeña cantidad de dinero que muy posiblemente les lleve a hacer crecer su cuenta de resultados. Finalmente, hacer crecer las cuentas de resultados de los Medios de Comunicación y de quienes los manejan se ha convertido en el único fin de existencia de los primeros.

“El verdadero poder es actualmente detentado por un conjunto de grupos económicos planetarios y de empresas globales cuyo peso en los negocios del mundo resulta a veces más importante que el de los gobiernos y los Estados” (Ramonet, 2015). El autor, nos indica de forma contundente, que esos grupos económicos son los verdaderos dueños de lo que ocurre en el mundo, es decir, los Medios de Comunicación son simples herramientas sin poder alguno.

A todo este cambio en los Medios de Comunicación, se les ha unido un nuevo concepto, “la Cultura de Masas”. Concepto complejo de explicar y de entender, pero que podríamos denominar como un conjunto de fenómenos culturales que se apoyan para llegar a un gran sector de la población. La cultura de masas quizás llega a su máximo exponente con la llegada de la globalización, ya que los países dominantes en el marco internacional han sabido imponer determinados aspectos culturales a una gran masa de personas, y que estas hayan sido absorbidas de forma natural por otras culturas.

Ese nuevo concepto de cultura de masas, ha sido explotado por los Medios de Comunicación y las Agencias de Publicidad para crear nuevas ideas, sueños e ilusiones en la ciudadanía, todo con técnicas y procedimientos industriales, por lo que ha ido creando nuevos elementos que han acercado a mucha población de forma generalizada y sincronizada, reforzando determinados aspectos para que sus productos calen en la población y se hagan virales.

Esta técnica de crear determinados productos (productos manufacturados, ideas, personales, …) que a priori puede ser buena para la sociedad, no siempre se le ha dado un buen uso, más bien se ha abusado de ella, para crear determinados productos de consumo masivo por la población, fomentar ideas y creencia en la ciudadanía, e incluso crear personajes de entretenimiento de masas. La cultura de masas, puede ser peligrosa si se hace un mal uso de ella, y uno de los ejemplos primarios del uso de esta técnica, la vimos en la Alemania Nazi, donde sus dirigentes supieron usar muy bien los Medios de Comunicación y crear determinadas ideas y creencias en la población de forma masiva, que desafortunadamente nos llevó a uno de los momentos más tristes de la historia reciente de Europa.

Universidad de Huelva. Medio, control social y conciencia crítica. 2015

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